"Es sorprendente pensar que incluso antes de la fundación de los Estados Unidos de América - y cinco años antes de la Declaración de Independencia - los católicos y los pueblos nativos trabajaban ya juntos aquí mismo, construyendo una comunidad multicultural basada en el culto, la agricultura, y las artes."
Excelentísimo Señor José H. Gómez
Arzobispo de Los Ángeles
Misión San Gabriel Arcángel
8 de septiembre de 2021
Mis queridos hermanos y hermanas,
Quiero tan sólo darles la bienvenida a todos ustedes a la Misión San Gabriel en la que estamos reunidos para darle gracias a Dios en esta noche histórica.
Agradezco especialmente a Chorus Angelorum y a la California Mission Sinfonía por el hermoso preludio musical. Gracias, también, al Director Anthony Morales y a los miembros de la Gabrielino San Gabriel Band of Mission Indians por su bendición.
También me gustaría darles las gracias a los padres claretianos —el padre John Molyneux y a los demás padres claretianos que están aquí en la Misión San Gabriel— a todos ellos. Porque, como bien saben, los padres claretianos han estado desempeñando aquí su ministerio desde el año 1908. Entonces creo que deberíamos de darles un aplauso.
Esta noche, hace doscientos cincuenta años, y en la Natividad de la Santísima Virgen María del año 1771, San Junípero Serra estableció la Misión San Gabriel Arcángel, apoyado por los indígenas Tongva, que fueron los primeros pueblos que habitaron esta tierra.
Es sorprendente pensar que incluso antes de la fundación de los Estados Unidos de América —y cinco años antes de la Declaración de Independencia— los católicos y los pueblos nativos trabajaban ya juntos aquí mismo, construyendo una comunidad multicultural basada en el culto, la agricultura y las artes.
Sabemos que estos comienzos no fueron perfectos, pues ningún esfuerzo humano puede serlo. Hubo fallas de juicio y malentendidos culturales que causaron mucho sufrimiento y dolor.
Pero esta noche me vienen a la memoria aquellas palabras que el Papa San Juan Pablo II pronunció cuando habló ante la tumba de San Junípero, en Carmel. Él dijo en aquella ocasión: “Las misiones son el resultado de una decisión moral consciente hecha por personas de fe. Fue una decisión basada en el amor a Dios y al prójimo. Fue una decisión proclamar el Evangelio de Jesucristo en los albores de una nueva era, lo cual fue extremadamente importante tanto para los colonos europeos como para los americanos nativos”.
La Misión San Gabriel marca los comienzos de la familia de Dios aquí en Los Ángeles y abre un nuevo capítulo en la historia de la salvación, anunciando el Reino de Dios en el sur de California y en toda esta parte de Estados Unidos.
La manera en la que recordamos el pasado refleja el tipo de gente que queremos ser en el presente y nuestras esperanzas para el futuro.
Esta noche nos preparamos con nuestra oración para darle inicio a un Año Jubilar, a una temporada de misericordia y de gracia.
Avanzaremos juntos, conscientes de nuestra debilidad humana, confiados en Dios, que nos fortalece, y comprometidos a continuar la misión de edificar el reino de Dios y a compartir la buena nueva de Jesucristo con la gente de nuestro tiempo.
En todo ello, avanzaremos siempre bajo el tierno cuidado de María, Nuestra Santísima Madre.